
Los soldados del Ejército estadounidense se vinculan emocionalmente con los robots. Dicha relación afectiva, humano-robot, puede afectar negativamente una misión, a la hora de tomar decisiones.
La investigadora de la Universidad de Washington, Julie Carpenter, se entrevisto con miembros del Cuerpo de Desactivación de Explosivos de la Milicia estadounidense, con el propósito de comprobar si la relación que la persona posee con un robot antibombas sobrepasaba los límites normales, y si era así, cuales serian los problemas que conllevaría.
Los entrevistados señalaron que el afecto que pudieran tener con su dispositivo robótico a cargo no afecta de ningún modo su desempeño físico o mental, también reconocieron que sentirían tristeza e ira si se llegara a estropear su “compañero robot”.
La razón de lo que sucede es muy simple: se lo ve al robot no como una mera herramienta de trabajo, sino como una extensión de sí mismo, atribuyéndoles en algunas oportunidades, propiedades y talentos humanos.
Algunos soldados fueron más allá y reconocieron que trataban a su robot como una mascota y lo dotaban de nombre propio y lo honraban en caso de quedar incapacitado.
Fuente: SdpNoticias.com
El artículo Una relación muy estrecha con los robots ha sido originalmente publicado en Robotikka.